miércoles, 2 de enero de 2013

Agua de otro mar. Buscando la orilla.


Agua de otro mar

 

Hay caminos que guardas en la memoria,
historias que dan luz,
hay sentido en la locura que te lleva
por este sueño azul.

Y aunque a veces casi todo se derrumba,
en la noche hallas un sol que al fin te alumbra
nuevos pasos, viejas huellas bajo arena
para continuar.


Y aunque este agitado mar hoy te marea
y aunque a veces toda orilla sea ajena,
siempre hay una tabla a mano que te acerca
al agua de otro mar.


Hay dolores que aún abruman tus palabras
que el tiempo curará,
hay sequías que resecan la esperanza,
pero ya lloverá.

Hay presencias silenciosas que te aguardan,
que te aclaran con su abrazo la penumbra
de ese tiempo que vendrá tras de la bruma
que hoy te hace dudar.
 


Buscando la orilla

Navegaba al garete. Sin remos, sin velas, sin instrumentos de navegación. La borrasca había sido cruenta. El sol abrasador del mediodía no tenía conmiseración alguna con el navegante perdido. La sed le hacía añorar la lluvia, esa misma lluvia que horas atrás, cuando alguien abrió el odre de los vientos inesperadamente, lo había cegado y lastimado, justo en el peor momento, mientras se debatía con su destino final.

No sé si regresó. Tampoco sé si alcanzó a divisar tierra firme, o al menos a la distancia, o en alguna visión producto del cansancio provocado por el esfuerzo de sobrevivir a la tempestad, y la calma desesperante por la cual se iba dejando ganar. Lo que sí sé, y de ello estoy seguro, es que en algún momento comenzó a cantar esta canción, o mejor dicho, a susurrarla, sintiéndose a salvo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario